El camino hacia un nuevo ser humano: La inteligencia artificial

inteligencia artificial
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Aunque no seamos del todo conscientes, los avances de la inteligencia artificial se están apoderando de nuestra cotidianidad y ya forman parte de nuestras vidas. Estamos en un primer estadio en el que ya no nos sorprende el reconocimiento de voz, casas y oficinas domotizadas la identificación por mediación de nuestras retinas, los automóviles sin conductor, etc.

Uno de los ejemplos más comunes y en rápida expansión es el bot, un programa informático que imita el comportamiento humano. Asistentes virtuales del móvil como Siri y los chatsbots de atención al cliente están implantados en muchas compañías.

Un software que aprovecha el bot para realizar tareas por su cuenta.

Estamos muy acostumbrados a este tipo de tecnologías, solo nos hace falta levantar el teléfono y contactar por ejemplo con alguna de las múltiples compañías de suministros para ver que nos va a atender un robot.

robots

Robots al servicio de estas empresas que controlan nuestros datos y movimientos, y lógicamente hacen negocio con ellos. De hecho, estos son ejemplos del inicio de una sociedad en la que la inteligencia artificial irá apoderándose poco a poco de nuestras vidas.

La revolución de la robótica y en mayor medida de la robótica blanda además permitirá ciertas interacciones con el cuerpo humano y esto desde luego también tendrá un impacto positivo en la medicina. La biodegradabilidad, el nano diagnóstico y la transducción de la energía regenerativa, un proceso en el que la energía del estímulo cerebral es transformada en una señal bioeléctrica, van a permitir adelantos hasta ahora desconocidos. Sin lugar a dudas, los límites entre los materiales inteligentes, la inteligencia artificial, el pos humanismo, la biología y la genética en la robótica, están muy desdibujados y entrelazados.

La industria tecnológica tiene que controlar y regular la inteligencia artificial de la misma forma como ya hoy en día se controla y se rige la biotecnología mediante pautas que en cierta manera limitan su experimentación.

La transición hacia una época pos humana donde convivamos con inteligencias artificiales y la robótica provocará un gran impacto en nuestra sociedad. Tenemos que al menos intentar estar preparados y la sociedad científica tendrá que sentar las bases de una forma ético-humana para que esta transición en un futuro no llegue a ser traumática. No controlar de forma adecuada los sistemas de inteligencia artificial puede llevar a comportamientos no apropiados de las maquinas. Las maquinas no tienen sentimientos ni ética ni moral, con lo que no pueden distinguir el bien del mal.

robot da vinci

Robot quirúrgico Da Vinci

Es interesante el llamado test de Turing, (Turing 1950). Un experimento que determina una alternativa a la pregunta de si se puede afirmar o no que las maquinas pueden llegar a pensar. El test sentó las bases de la inteligencia artificial allí por los años 50, una serie de diálogos y preguntas entre robots y humanos con el fin de discernir quien era cada cual. En algunos casos las pruebas determinaron que la frontera entre máquinas y humanos era como mínimo difusa.

Los adelantos en inteligencia artificial conllevaran a que los robots acaben por realizar la práctica totalidad de los trabajos que la sociedad reclama.

Stephen Hawking, alerta en este sentido. Si la inteligencia artificial de las maquinas supera la inteligencia del ser humano, estas tomarían el control de sí mismas y se podrían rediseñar a un ritmo creciente. Un riesgo compartido por Elon Musk creador de empresas como Tesla. Tanto el uno como el otro auguran que pese a que las maquinas nos irán ayudando en nuestras tareas, su efecto a largo plazo puede llegar a ser arrasador. En este aspecto vamos de una forma inequívoca a que los adelantos en inteligencia artificial conlleven a que los robots acaben por realizar la práctica totalidad de los trabajos que la sociedad reclama. Sin ir más lejos, ya están más que implantados en las cadenas de producción industriales, por ejemplo, en la fabricación de automóviles. Es posible que nuestras vidas en pocos años estén bajo la influencia de la robótica del futuro. La ubicuidad robótica se va apoderando en todas partes de nuestra sociedad.

cadena montaje

Los científicos en la actualidad investigan lo que se ha querido llamar, emulaciones cerebrales (ems). Es decir, copias del comportamiento de nuestro cerebro, un modelo informático que procesa y elabora las señales del mismo con sus mismas características y conexiones. Tecnologías que se basan en la computación, el escaneo del cerebro y la modelización celular. Todo ello enfocado a que los robots lleguen a disponer la capacidad del razonamiento lógico.

El Transhumanismo (H+) es una corriente de pensamiento que pretende la transformación humana a partir de la tecnología.

Robin Hanson en su libro, La era E.M. Trabajo, amor y vida cotidiana cuando los robots gobiernen el mundo., explica que “la sustitución de los robots tradicionales por las emulaciones es un escenario a considerar”. Sin embargo, nadie se atreve a estimar una fecha precisa para que esto ocurra. Bajo esta consideración han aparecido ciertas corrientes culturales y filosóficas, que establecen una aproximación a la maquina en el momento que la inteligencia artificial pueda desarrollar una cierta voluntad propia y que esta entre en conflicto con la nuestra. Una solución que algunos científicos apuntan como la necesidad futura de hibridar con las maquinas. El llamado Transhumanismo (H+), una corriente de pensamiento que pretende la transformación humana a partir de la tecnología y que esta mejore la capacidad humana tanto física como intelectualmente. El resultado será la existencia de personas con extensas capacidades que pueden a llegar a superar el concepto de ser humano.

transhumanismo

En el momento en que los robots controlen nuestra seguridad bajo criterios de sentido común o ética podemos estar frente a un peligro.

No es de extrañar que los científicos que en la actualidad están trabajando con inteligencia artificial estén un poco preocupados dando demasiados algoritmos de autonomía a las maquinas. El riesgo de que las maquinas decidan por nosotros está a la vuelta de la esquina. En el momento que superen al hombre tendremos un problema. La industria tecnológica tiene que controlar y regular la inteligencia artificial de la misma forma como ya hoy en día se controla y se rige la biotecnología mediante pautas que en cierta manera limitan su experimentación. En el momento en que los robots controlen nuestra seguridad podemos estar frente a un peligro. Un horizonte de máquinas inteligentes con posibles acciones impredecibles y lo que es más grave, que como consecuencia de su supe inteligencia puedan llegar a tener los recursos necesarios para anular la “función apagado” y de esta forma nos será imposible poder librarnos de ellas. Para nuestro desasosiego, actualmente esto ya es posible.

Así mismo se tendrán que hacer necesarios los llamados cortafuegos que impidan a las maquinas intervenir en el mundo real. Y sobre todo prever sistemas de seguridad descentralizados con niveles bajos de concentración de empresas en un mismo sector.

De igual manera que en la actualidad somos conscientes del impacto que tenemos sobre el medio ambiente y que tiempo atrás éramos desconocedores… ¿Seremos capaces de prever si el desarrollo tecnológico de la inteligencia artificial puede desencadenar un futuro lleno de disfunciones e incertidumbres antes de que llegue ese momento?

robot reparto amazon

Robot de reparto de Amazon por las calles de California

La sociedad de la velocidad la hemos creado nosotros mismos y no somos capaces de parar. El vértigo en nuestras vidas exige una respuesta cómoda y funcionalmente eficaz.

El caso de Amazon no deja de ser paradigmático. El avance que está teniendo esta empresa de aprox. 50.000 empleados en todo el mundo, con la incorporación y desarrollo de diversos robots de inteligencia artificial. Una estrategia empresarial que hará que la recogida, el almacenaje y la entrega de pedidos sea mucho más eficiente. Eso sí, con el coste social que sin duda comportará y con el riesgo que cualquier error informático nos pueda acarrear. De todas formas, siempre pensaremos en las bondades que creemos tener en la rapidez y en la comodidad que nos ofrece la empresa. La sociedad de la velocidad la hemos creado nosotros mismos y no somos capaces de parar. El vértigo en nuestras vidas exige una respuesta cómoda y funcionalmente eficaz, e indiscutiblemente competente. Sin embargo, de igual manera que en la actualidad somos conscientes del impacto ambiental sobre el medio ambiente y que tiempo atrás al desarrollo éramos desconocedores, tenemos que ser capaces de prever que el desarrollo tecnológico en la nueva era de la inteligencia artificial puede desencadenar un futuro lleno de disfunciones e incertidumbres. No existe la menor duda, el futuro lo estamos decidiendo hoy.

Jaime de Oleza
Arquitecto
23.03.2021

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