El pensamiento taoísta en la Arquitectura

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Seguramente mucho tenemos que aprender de la cultura oriental. Una cultura ancestral que basada en la tradición del amor por la naturaleza, tiene pocas cosas en común con nuestra historia. La civilización occidental tiene muchos años de existencia, del mismo modo como la oriental, sin embargo esta última por ser, en ocasiones, poco conocida, no deja de ser aleccionadora, y mostrarse muy actual. Tal es el caso del pensamiento Taoísta.

El Taoísmo representa la unión del ser humano con la naturaleza

Existen diferencias entre ambas culturas, la occidental cuya cuna fueron las primeras civilizaciones del mediterráneo, con la oriental que tiene orígenes diversos como la cultura china y la mongola. Estas diferencias se hacen muy patentes, hasta y todo de forma doméstica en nuestra vida cotidiana, y pueden llegar a ser casi anecdóticas, p.e. el negro es el color de luto en occidente, mientras que en oriente es el color blanco, y también en la escritura con un marcado concepto diferenciador. En occidente, la escritura se basa en la unión de las letras que nos permiten formar palabras, mientras que en oriente se escriben palabra por palabra o simplemente ideas. Esto es un ejemplo, de cómo la cultura tiene elementos que las hacen distintas y que distinguen a los pueblos desde sus orígenes.

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taijitu Símbolo del emblemático del Taoísmo

Tal es el caso del Taoísmo, que representa el pensamiento de la unión del ser humano con la naturaleza. Un concepto, que como principio filosófico considera el universo en perfecta armonía y permanente cambio. Tao significa principio/origen. Es el origen de un camino por el que transitan los seres humanos de forma circular. Un camino, que parte y termina en el mismo punto. Aceptando el modelo de sabiduría de la naturaleza, y tratando el espacio como un espacio vacío, entendiendo el vacío como un factor positivo que no se tiene que llenar. Un concepto arquitectónico, que viene determinado por la idea de lo que se viene a llamar la Soledad Sonora.

Las enseñanzas de este pensamiento son que todo nace, crece, y se transforma

Los principios filosóficos del pensamiento Taoísta en arquitectura, vienen definidos con la idea de que el espacio no viene condicionado por las formas y las medidas geométricas, sino que representa un lugar de contemplación. Una apreciación que establece un cambio conceptual en la forma de entender el espacio, y que abre las puertas a la percepción del mismo, gracias a nuestros sentidos. Percepción que viene dada por los cuatro umbrales que dibujan la estética taoísta: la empatía, el ritmo vital, la reticencia y el vacío.

Una sensibilidad poética que hace del simbolismo, una parte fundamental de la arquitectura

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Tiled Garden (Jardín de las baldosas) de Wang Shu

El arquitecto chino Wang Shu, ganador del premio Pritzker de arquitectura el año 2012, refleja en su obra muchos de los principios filosóficos taoístas. Utilizando materiales como la madera y la tierra, siguiendo las enseñanzas de este pensamiento, de que todo nace, crece, y se transforma. Uno de sus proyectos más significativos fue, con motivo de la decima Bienal de Arquitectura de Venecia en el año 2006, el llamado Jardín de las Baldosas. Una estructura de bambú formada por 66.000 azulejos sacados de edificios destruidos en la población de Hanghou. Una obra arquitectónica que como un manifiesto, nos hacía ver lo que representa la recuperación y el reciclaje de los materiales. Wang Shu como arquitecto, experimenta con diversos materiales y refleja en su trabajo, una visión muy personal del espacio al volver a utilizar aquellos materiales empleados en la cultura tradicional china. La reutilización mediante el reciclaje de los mismos, da como resultado una reinterpretación de la cultura y una nueva lectura de la historia de la China ancestral.

La cultura oriental a diferencia de la occidental da importancia al espacio arquitectónico en lo que tiene de intangible, como son las vivencias y los recuerdos

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Museo de Historia de Ningbo de Wang Shu

Una sensibilidad poética que hace del simbolismo, una parte fundamental de la arquitectura. Porque el simbolismo, a diferencia de la cultura occidental que lo tiene olvidado por la obsesión racionalista y funcionalista, en oriente permanece como un principio fundamental para la percepción del espacio. La cultura oriental valora y da importancia al espacio arquitectónico en lo que tiene de intangible, como son las vivencias, los recuerdos y fenómenos que se producen en el tiempo, y no necesariamente en las características tangibles de la arquitectura como las paredes y techos. En definitiva, un pensamiento del que tenemos mucho que aprender. Habrá que dejar de lado el materialismo estructuralista de la cultura occidental, para poder conectar con el sentido de la percepción de las cosas, y entender el diseño de los espacios que tenemos que habitar, siempre de la mano de la naturaleza. Una reflexión que va a tener que dibujar la nueva arquitectura.

Jaime de Oleza
Arquitecto
18.11.2021

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