El pliegue algo más que una doblez
Un pliegue por definición es la fracción doblada, en principio, de un material flexible, formado por dos alas que determinan un ángulo. A partir de esta definición han surgido multitud de hipótesis aplicadas a diferentes materias y disciplinas, entre las que se encuentra la arquitectura. Una teoría que afirma que todo puede plegarse, desplegarse y replegarse, tiene como característica más específica, el poder adaptarse al espacio en el cual se desarrolla.
Un criterio que en arquitectura busca una imagen singular y llamativa.
El teórico G. Deleuze planteó que el espacio doblado definía una nueva relación entre la vertical y la horizontal, así como dentro y fuera. Un concepto que determina una verdadera dificultad para distinguir con claridad el espacio.
El pliegue, debido a sus diversas variantes, no se rige por la proyección geométrica, sino que establece una perspectiva cambiante de lo que representa, lo que a su vez puede arrugar una superficie lisa simple. Que no se separa, y que así mismo genera otras nuevas. Derivando en inéditas interpretaciones del espacio. Una visión diferente que se aparta de lo convencional. La física tradicional ha ayudado a calcular este tipo de estructuras que se han utilizado en la arquitectura y en la ingeniería actual.
La teoría del pliegue tiene sus fundamentos en la implementación de las hipótesis del caos.
Un concepto que deja atrás la idea de la composición ordenada, clásica y tradicional. En donde el desorden imprevisible altera, de una manera sustancial, los principios de la arquitectura. Bajo la perspectiva del caos, en sí mismo, modifica el espacio y consecuentemente la forma de entender el recinto arquitectónico. Una realidad espacial que da como resultado unas estructuras complejas creadas mediante figuras que en sí son elementales.
No podemos dejar de lado, el arte popular del Origami. Tuvo su origen en la China del siglo II, para que años más tarde fuera llevado al Japón. Un arte que define los sistemas de doblado con un papel llamado Washi, de fina textura, que mediante, unas reglas determinadas y un tipo de estructura establece un proceso en el que cada uno de las caras dibuja una forma distinta.
El Origami se refiere principalmente a la gestión del sistema que lo hace posible.
En la actualidad, la arquitecta Sophia Wyzoviti, ha teorizado sobre las posibilidades de este tipo de modelos a través del diseño digital. Abriendo unas nuevas posibilidades espaciales y compositivas en la arquitectura. Un camino que resulta fascinante, y que explica que un pliegue es algo más que una simple doblez.
Jaime de Oleza
Arquitecto
16.10.2023